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martes, 24 de julio de 2012

LOS REPROCHES

   Creo firmemente que los reproches pueden llegar a ser demoledores. No tenemos derecho a ir reprochando a nuestra pareja su forma de ser o de actuar, cada vez que tiene un comportamiento que a nosotros nos desagrada. Debemos de pensar que tal vez nosotros no seamos todo lo perfecto que a ella le gustaría sin embargo no nos lo reprocha. Si los reproches son mutuos y continuados obviamente esa relación no funciona bien y con el tiempo llegará a convertirse en un enfrentamiento continuo y molesto  entre los dos,  con la consabida pérdida repetitiva de respeto. 
   Las cosas se deben hablar. Se debe de ser consciente de que el dialogar sobre los temas comunes es fundamental, pero el hablar aclarando las situaciones que son de nuestro desagrado es una tarea que no debemos de postergar. Esa es la forma y manera de conseguir logros sin ofender o herir a quien amamos  y al mismo tiempo conseguir sentirnos  nosotros bien, una vez que hayamos conseguido nuestro objetivo.
   Si continuamente vamos reprochando una conducta y al mismo tiempo estamos soltando indirectas continuamente sobre el comportamiento de la persona con la que compartimos una relación, es obvio  que esa persona al principio justificará su conducta, mas tarde posiblemente se mostrará ofendida por nuestras intervenciones orales y al final  terminará por revelarse ante los hechos,...¿que hará?, posiblemente se vaya de la relación, ya que si el asedio es continuado no querrá ser partícipe de tales mañas y deseará sentirse tranquila y en paz. 
   Creo que la mejor manera de hacer cambiar los hábitos que no nos gustan de nuestra pareja, es hacérselo saber de manera educada, sin reproches, sin indirectas, es sencillamente darle a entender que la conducta que tiene en el campo que sea, a nosotros  nos resulta  molesta, nos desagrada y que nos sentiríamos mucho mejor si  la cambiara de manera que no nos resultase una pesadez . Es difícil que al abordar el tema del que hablamos de manera educada y tratando de comprender a la otra persona, no obtengamos lo que deseamos. Tenemos que trabajar continuamente nuestro nivel de empatía, solo así lograremos  entender a los demás

viernes, 6 de julio de 2012

MOSTRARNOS TAL CUAL SOMOS

   Este post está mas bien dedicado a las mujeres.  Ya que por lo general somos las que nos dejamos conquistar, somos las conquistadas,  aunque "desgraciadamente" existen excepciones en este apartado.
   Cuando un hombre intenta acercarse a nosotras... intenta conquistarnos, algunas veces (cuando ese hombre determinado nos gusta), nos sentimos tan a gusto con sus cortejos que damos una imagen de persona alegre y desenvuelta que a veces dista mucho de la realidad, ya que ese énfasis es producido por la cercacía y el interés que ese determinado hombre despierta en nosotras. Otras veces sin embargo la proximidad de alguien que nos interesa, o del que a veces ya estamos interesadas o incluso enamoradas desde hace mucho tiempo, nos coacciona. Esta actitud es comprensible, dado que tememos que un determinado comportamiento pueda alejar a esa persona tan importante para nosotras. Sin embargo lo que tenemos que tener en cuenta siempre y en cada momento es que la mejor forma de comportamiento en cualquiera de las circunstancias que puedan traer a un hombre a nuestro lado, es la de ser nosotras mismas. El ser nosotras mismas quiere decir que debemos dar una imagen real de como somos en cada uno de los distintos momentos y que debemos de reaccionar a todas y cada una de las situaciones que se nos presenten como creamos mas oportuno, sin fingimientos, sin teataros, si algo nos molesta debemos decirlo y si algo nos gusta...también. Eso no quiere decir que tengamos que armar una bronca cada vez que algo nos moleste, ni tampoco que en otros momentos tengamos que halagar con hipocresía...¡no!..solo naturalidad, es nuestro mejor alidado. No es conveniente que cuando estamos en presencia del hombre que nos corteja, demostrar un comportamiento que no es habitual en nosotros o que no sería el mismo si no le tuviésemos a él presente. Eso sencillamente sería un fraude y en el momento que ese hombre descubra quienes somos en realidad, es posible que se vaya de nuestro lado.  Ante un hombre debemos de mostrarnos como nos sintamos, si le gustamos como somos se quedará a nuestro lado y si no le gustamos, sencillamente se irá, pero eso lo hará igual el día que descubra que no somos realmente como el pensaba. 
   Cuando existe algún hombre que nos guste, que creamos que sería el hombre ideal para nosotras, que pensamos que  a su lado seríamos muy felices y por las circunstancias que sea ese hombre se acerca a nosotras con la intención de conquistarnos, deberíamos dejar de lado todos los prejuicios o todos los malos razonamientos que tengamos. Deberíamos de mostrar un comportamiento exacto a como somos en realidad, eso no significa que debemas dejar aflorar nuestro mal genio si lo tenemos, ya que eso  en presencia de este hombre o de cualquie otra persona  debemos tratar  de dominarlo siempre. Tampoco debemos hacer hincapié en nuestros malos hábitos educativos (si los tenemos), eso siempre se debe tratar de corregir, en todos y cada uno de los momentos. No me refiero a ese tipo de expresiones, que siempre son malas compañeras para nosotros y de las que debemos de  tratar de huir, si es que realmente las tenemos ,no ... a lo que yo me refiero es  a tratar de aparecer ante  sus ojos como una mujer encantador, siempre risueña, tolerante, complaciente en todo y que le daremos su plena libertad...¡eso nunca, si es que realmente no somos así!, porque después no solo nos mostraremos de otra forma, sino que le estuvimos engañando y cuando él descubra como realmente somos  aunque él aceptase todo eso porque se enamoró de nosotros y no quiere perdernos, aparte de aparecer nuestro verdadero "yo", aparecerá un nuevo elemento que la mayoría de las veces, sí lleva al traste la relación y es sencillamente...el deseo  y el afán por cambiarle a él. Eso lo he visto muchas veces, pero de ese tema no me ocuparé, porque se aleja del contenido de este artículo, pero sí le dedicaré otro mas adelante.
   En una palabra, normalidad, lealtad, mostrarnos tal cual somos, sin miedos, sin recelos, sin temores y sin perder en ningún momento, la dignidad ni la categoría que nuestro papel nos aconseja. los resultados serán halagadores hacia nosotras mismas y si tenemos la mala suerte de que un hombre nos engañe o nos mienta, no será culpa nuestra y desde luego, peor para él, seguramente cuando repase todo su tiempo a nuestro lado, se dará cuenta de la lección tan grande de buen comportamiento y lealtad que recibió de nosotras.