Las palabras...Es bien cierto que muchas veces cuando discutimos con nuestra pareja, sobre todo si estamos presos de la indignación, solemos hablar sin pararnos a pensar en lo que decimos. Muchas veces, nuestas palabras pueden herir a la persona que amamos. Las palabras dichas no se pueden borrar y tampoco rectificar, aunque a veces pasado el trance, tratemos de hacerlo. Pero lo peor de todo, es cuando las decimos con la única intención de herir. Algunas veces herimos conscientemente, aun a sabiendas de que muchas cosas que decimos no tienen ningúna valoración concreta, incluso se alejan de la realidad. Solo lo hacemos con la intención de lastimar o sencillamente de ganar una discusión. La mayoria de las veces en las discusiones de pareja, el ganar es perder y el perder es ganar. ¿Que quiere decir esto?...sencillamente, hablemos coherentemente, discutamos coherentemente. No perdamos la compostura, tampoco perdamos la dignidad, no nos mostremos como personas incultas. Creo que es una falta de educación y de cultura perder los estribos en una discusión. Un comportamiento educado consigue que ganemos el respeto de la otra persona y el respeto hacia nosotros mismos.
En las discusiones de pareja es donde se suele soltar mas la lengua. Con otras personas tenemos un freno, con la pareja desgraciadamente no.
Las discusiones continuadas dentro de una relación, suelen alejar a la pareja, si a eso añadimos palabras muy hirientes, esa misma relación se irá deteriorando de tal manera que sobrevendrá una ruptura y la mayoría de las veces la imposibilidad de volver a recuperarla.
Debemos de ser conscientes de que en las discusiones que podamos tener con nuestra pareja (y con todo el mundo en general), el tener cuidado con lo que vamos a decir es fundamental. Debemos de hablar con conocimiento de causa. Debemos de procurar mostrarnos todo lo tranquilos que la situación permita y sobre todo debemos de tener el máximo cuidado en no decir las cosas con la sola intención de herir al otro. Expondremos lo que nos incomoda dentro de un marco de buenos modales, sin gritos y sin exasperaciones.
La mayoría de las veces, cuando las aguas vuelven a su cauce, nos arrepentimos de haber dicho determinadas palabras. Aunque nos parezca que nuestra pareja ha olvidado todo, no es así. Sin embargo si lo hacemos de forma moderada, nos sentiremos mejor con nosotros mismos. Da igual como se comporte el otro, si nosotros nos mantenemos sensatos, la otra persona también lo hará y en el caso de que no lo haga, peor se comportaría si nosotros perdemos los estribos.
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