Estos dos signos son bastante distintos. Virgo es prudente y humilde y a Leo le gusta ser el foco de atención.
Virgo se sentirá un poco protegido por la naturaleza y la fuerza de Leo y este se sentirá como pez en el agua con esa forma de ser... eso en un principio. Cuando Leo intente a menudo hacer constatar su autoridad Virgo no soportará demasiado y ahí empezarán sus problemas. Virgo tendrá que evitar sus críticas porque Leo no las soportará y este tendrá que evitar su autoridad porque Virgo tampoco la soportará. Tendrán que poner mucho de parte a parte para soportar, y al mismo tiempo cambiar cada una de sus personalidades. El diálogo puede ser algo sumamente importante en esta ocasión, siempre y cuando Leo frene un poco su afán por ser el protagonista de las conversaciones y deje participar en ellas a un Virgo mas dado a escucharle que a hablar. Es sumamente importante que frenen sus temperamentos tan dispares si quieren que la relación sea duradera. Tendrán que entender los dos, que el que bien hace la cama bien se acuesta en ella. Aquí no hay otra solución, tendrán que valorar mutuamente lo bueno que aporta cada uno de ellos a la relación y tratar de evitar lo que molesta al otro.
Con respecto a la economía también tendrán algún que otro quebradero de cabeza, ya que Leo no entenderá la faceta tan ahorrativa de su pareja y Virgo no se sentirá cómodo cuando este le recrimine, porque tampoco entenderá a un Leo que según su criterio, se excede demasiado en los gastos.
En el plano sexual es posiblemente donde mejor funcione esta pareja. Virgo vive el sexo a nivel del intelecto y Leo lo vive a nivel físico, por lo que este arrastrará a su pareja a unas dimensiones altamente satisfactorias.
Las parejas con las que me relaciono compuestas por un Leo y un Virgo no son precisamente de las mejor avenidas del zodíaco.
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